Investigación de la UdeC ahora está en escuelas, el Metro y bibliotecas de Francia

Trabajo acerca de los efectos destructores de La Niña sobre Rapa Nui

“¿Cómo deciden las sociedades si desaparecen o sobreviven? El geógrafo Jared Diamond plantea esta cuestión en el subtítulo de su famoso libro Collapse. Sostiene que en la época anterior a la llegada de los primeros navegantes europeos a la isla de Rapa Nui, nombre indígena de la Isla de Pascua, sus habitantes polinesios habían destruido el medio ambiente de su mundo insular, y que este ecocidio explicaría su declive demográfico.

“Sin embargo, el pueblo Rapa Nui asombró al planeta al erigir más de 800 moais, estatuas monumentales de 1 a 10 metros de altura y un peso de entre 3 y 80 toneladas… Según la estimación de la mano de obra necesaria para erigir estas esculturas con un peso medio de 13,8 toneladas, la población de la isla pudo haber alcanzado un máximo de 15.000 personas a principios del siglo XVI. Sin embargo, cuando el día de Pascua de 1722 el explorador holandés Jakob Roggeveen descubrió Rapa Nui –y la llamó “Isla de Pascua”– sólo tenía entre 2.000 y 3.000 habitantes.

“Entonces crecían muy pocos árboles en la isla. Sin embargo, ciertamente se necesitaban rodillos de madera para mover los moais. De hecho, investigaciones paleobotánicas han revelado que más de veinte especies de árboles y arbustos estaban presentes en Rapa Nui. ¿Sobreexplotación, guerra, clima? Como siempre ocurre en una situación compleja, la respuesta ciertamente combina estos fenómenos, pero ¿de qué manera? Como veremos, la influencia del clima parece haber sido muy subestimada: cuando las lluvias son escasas, la vegetación se vuelve frágil, la sequía puede reinar, una chispa basta para destruir sectores enteros de la naturaleza… especialmente en una pequeña isla”.

Así comienza el artículo “Isla de Pascua: una crisis de origen climático”, publicado en octubre en la prestigiosa revista francesa de divulgación de la ciencia Pour la Science, la edición francesa de Scientific American.

Este artículo de divulgación aborda un estudio científico que explica el impacto, durante los siglos XVI y XVII, de décadas de continuos eventos “La Niña” que provocaron prolongadas e intensas sequías, las que jugaron un papel crucial en la disminución de la población. Destaca la resiliencia y adaptación de la cultura Rapa Nui, incluyendo cambios en la gestión de recursos e inclusive prácticas espirituales. Además, reflexiona sobre el paralelo entre estos eventos históricos y los actuales retos del cambio climático, sugiriendo que las experiencias de Rapa Nui son lecciones valiosas para el presente

El trabajo se basa en la investigación de varios científicos, uno de los cuales es el académico chileno del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción Rodrigo Abarca del Río. Los otros autores del artículo publicado en “Pour la Science” son el oceanógrafo francés Thierry Delcroix y el paleoceanógrafo, también francés, Bruno Malaizé.

Ahora, gracias a la publicación de “Pour la Sciencie”, la investigación será conocida en centros de investigación, escuelas, estaciones de trenes, aeropuertos y otros tantos sitios públicos franceses. “Es la revista que leen todos los profesores de escuela o universitarios a lo largo de Francia para actualizarse en sus cursos”, destacó contento el investigador Rodrigo Abarca.

Tras su publicación impresa, Radio Francia inclusive realizó un podcast en el que se incluye también la publicación y el trabajo científico del doctor en geofísica de la Universidad de Concepción.

Este reconocimiento del trabajo de investigación por parte de “Pour la Science” ilustra también el valor de las colaboraciones académicas internacionales, logro apoyado por la labor de la Dirección de Relaciones Internacionales de la UdeC.

El link a la revista digitalizada es https://www.pourlascience.fr/sd/geosciences/ile-de-paques-une-crise-d-origine-climatique-25758.php. Y el podcast se encuentra alojado en https://www.radiofrance.fr/franceculture/podcasts/la-science-cqfd/conquete-spatiale-ile-de-paques-et-manteau-terrestre-au-clair-de-la-une-1931120