Experto en física destacó la potencialidad del estudio de los rayos cósmicos
Hoy existen detectores para la llegada de núcleos de átomos desde las galaxias, los que al ser modificados por cambios en la atmósfera terrestre podrían avisar de variaciones que, se ha comprobado, allí se producen antes de que ocurran los sismos, destacó en charla del Departamento de Geofísica de la UdeC.
Aunque la mayoría de los estudios científicos que aportan a los intentos por predecir los sismos provienen del estudio de las placas tectónicas y las deformaciones de la corteza terrestre, una solución podría venir desde el espacio. Esto porque los rayos cósmicos que llegan a la Tierra desde las galaxias podrían aportar información respecto de cambios que se producen en la atmósfera, antes de que ocurra un terremoto.
La posibilidad la dio a conocer Juan Garzón, doctor en física de la Universidad Complutense de Madrid, en una charla organizada por el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción. “Se ha observado que antes de que ocurre un terremoto hay cambios en la temperatura y en la concentración de radón y electrones de la atmósfera. Por ejemplo, se demostró que dos horas antes de un sismo hubo cambios en el contenido de electrones en la ionósfera. Si se pudieran detectar estas modificaciones, teóricamente podríamos anticiparnos a la ocurrencia de un movimiento telúrico”, explicó el experto español.
Sin embargo, esta teoría está en fases de comprobación, pues una cosa es que existan cambios en la atmósfera, pero otra distinta es que es posibilidad sea validada científicamente y tener la capacidad tecnológica de detectarlos. Garzón aclaró que la evidencia aún no es lo suficientemente precisa, pero hay que estudiarla y mejorarla. Y una posibilidad es el uso de detectores de rayos cósmicos, como el que posee la Universidad de Santiago de Compostela, llamado proyecto Tragaldabas, y al cual pertenece Garzón.
En general los detectores captan la llegada de los rayos cósmicos, que son núcleos de átomos provenientes del espacio, formados por electrones, protones y muones, entre otros componentes, que llegan a la Tierra continuamente. Los detectores captan su llegada y, lo que es más interesante, pueden determinar cambios en la atmósfera cuando estos rayos son desviados o descompuestos por modificaciones en componentes de esta capa de gases que rodea a la Tierra.
Estos estudios no son ajenos al Departamento de Geofísica, pues los expertos en física de alta atmósfera Elías Ovalle y Alberto Foppiano han estudiado potenciales anomalías ionosféricas que se generan previas a un sismo. Específicamente han analizado perturbaciones a una altura de 250 kilómetros, que dan cuenta de cambios que se generan en la concentración de electrones. Debido a que no han tenido resultados concluyentes, continúan analizando los datos. Paralelamente, han comenzado a estudiar las series de tiempo de magnetómetros, para ver si éstas presentan algún comportamiento particular antes de la ocurrencia de un sismo.